martes, 22 de marzo de 2022

PREMIOS NACIONALES DE FOTOGRAFIA

Cristina García Rodero - 1949 - Premio Nacional de fotografía 1996.


Nace en Puertollano (Ciudad Real), 1949
Estudia Pintura, licenciándose en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.
Elegida “Castellano-Manchega del año 2002” por la provincia de Ciudad-Real.
En 2007 ya es Fotógrafa Asociada en la Agencia Mágnum Photos, París, y en 2009 es fotógrafa asociada de pleno derecho en la Agencia Magnun Photos, primera mujer del mundo en conseguirlo.
En 2018 se inaugura en Puertollano (C.Real), el Museo Cristina García Rodero, siendo este el primer museo dedicado a una fotógrafa en España.










Alberto García-Alix - 1956 - Premio Nacional de fotografía 1999.

Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2019, es uno de los grandes nombres de la fotografía contemporánea. Su obra, reconocible por su descarnada sinceridad y elegancia, refleja sin censuras un mundo donde los amigos, las motos, los tatuajes o las drogas se funden en una visión existencial marcada por su carácter autobiográfico. 






Isabel Muñoz - 1951 - Premio Nacional de fotografía 2016.

Isabel Muñoz (1951) es fotógrafa Premio Nacional de Fotografía que considera que los cuerpos hablan como si fueran libros y que si bien la sonrisa puede engañar, los ojos nunca pueden hacerlo. Sus obras son reflejo de una mirada en permanente búsqueda. Para Isabel Muñoz la fotografía cuenta cosas, como un lenguaje. 

Busca combinar el compromiso social con la búsqueda de la belleza, ahondando en temas como el cuerpo, el rito o la diversidad cultural. 




ANÁLISIS DE FOTOGRAFIAS


Esta es una fotografía hecha en formato horizontal, en blanco y negro, es un plano entero en el que aparecen de forma principal ocho mujeres, agarradas de los brazos y vestidas completamente de negro,  se puede ver qué detrás de estas ocho mujeres principales hay más  mujeres vestidas de igual manera. Todas ellas llevan faldas por debajo de las rodillas y camisas de manga larga de este mismo color a parte de esto también llevan  una especie de velos negros que cubren sus cabezas. La fotógrafa se centra por completo en estas ocho mujeres por lo que apenas deja espacio para que se vea el lugar en el que están, lo único que podemos observar es que por ambos laterales de la foto, son las fachadas de unas casas o edificios y al fondo, en el espacio que dejan estos mismos edificios vemos el cielo. Esto hace que nos situemos en una calle cualquiera de un pueblo o ciudad.

De una forma más subjetiva podemos decir que es una foto claramente tomada en el camino hacia un funeral o velatorio, el hecho de que todas las personas que vemos sean mujeres nos hace extrañarnos pero puede que sea una de las razones que distinguen esta fotografía. 
Una de nuestras opciones es que todas las personas que vemos formen parte de la comunidad cristiana y hayan sido consagradas dentro de una orden religiosa concreta, adoptando el nombre de monjas. Es posible que la persona que haya fallecido este dentro de este mismo núcleo de la sociedad y por ese motivo las personas de la foto van cubiertas de esta forma tan peculiar, casi como si estuviesen realizando una penitencia por el dolor de la muerte de esta persona no determinada.






Esta es una fotografía cuadrada en blanco y negro, en un plano medio, en él aparece un personaje principal, un hombre de alta edad, desnudo y con el pelo largo y canoso, como se deja ver a través del blanco y negro de la fotografía.El personaje parece estar sentado con la rodilla derecha levantada en el lado izquierdo de la foto.
Este personaje sostiene en sus manos un cordón rojo, podemos percibir este color ya que la fotografía esta editada de manera que solo se vea esa especie de cordón rojo, gracias al poco color de esta fotografía, el rojo destaca muchísimo más, una muy buena observación y átale por parte de la autora.
Visto de manera subjetiva aunque sabemos que la autora quiere reflejar Japón hemos tratado de darle otro sentido. Creemos que es un reflejo de como ese hilo rojo es la vida y de como se nos escapa sin darnos cuenta entre las manos durante la vejez. Esa persona anciana expresa desesperación  por lo rápido que pasa el tiempo.















Es una fotografía cuadrada hecha en blanco y negro en un formato de un claro primer plano.
El personaje retratado es el propio fotógrafo por lo que es un.autorretrato. El personaje lleva una camisa blanca y aparece con los ojos cerrados y manchas de lo que podría ser sangre cayendo de su cabeza a su pecho.Creemos que este autorretrato nos cuenta como su vida y su pasado le ha ido desgastando hasta el punto de estar de una manera tan corroída y triste. Nos provoca una especie de impotencia y tristeza gracias a la expresión de cansancio mental y físico que tiene el propio autor o modelo.

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